viernes, 16 de septiembre de 2011

Diapositivas


         Nuestro amor viejo es un cadáver,
un cuaderno, quizás, 

del que abuso recordando, (releyendo)
olvido haber recordado, (releído)
y re-recuerdo (re-releo)

como si antes de empezar los días me limpiaran el cerebro con agua lavandina
como si penetrara y descubriera, alegre, una nueva y siempremisma virginidad.

Como si este amor viejo, del que hablo, hubiera sucedido ayer,
y yo,
 recién despertara,
 y sonriera,

 y me pasara la lengua por los labios, para ver si me quedó un poco de su lápiz rojo.



         Nuestra sucesión de caminatas y muecas es tan vieja como el julio que pasó.

Es la historia de
Clara
Y mía,

yo en su historia

yo me metí,
me colé,

me filtre por los poros,
blancos de frio.

me caí en su piso.


Ella,
ella tiene la boca larga,

Tiene manos
pies
dientes,


a los otros,
que la miran
y se solidarizan
porque cuando llora
es linda
como cien nenas de ojos grandes,


Yo tengo la cuenta, las finanzas de nuestro macrodesayuno de amor,

yo el cadáver,
el amor muerto,
                        el levantarme de la cama cuando hace frío
(con lo que me gusta que me pesen las frazadas),
 cuando quiero un cuerpo tibio y sin palabras,
que abrazo de a poco
                                 como
                                           infantes rusos
                                                                   plazas rusas.





Extraño el indeterminado amor y no-amor de Clara.

El terreno nuevo;

Amor como cualquiera de los amores cortos que suceden detrás de puertas
perdidas
en mares de puertas,

en el anonimato de los pisos

        
Un no-amor cualquiera.

Cuatro semanas de frenesí
y, repelernos durante el sol nuevo.



Nosotros, según recuerdo, nos dimos la mano e inclinamos levemente la cabeza, como amantes empresariales,

(ADULTOS
MADUROS
FLEMATICOS
INGLESITOS)

         tres días antesprimavera,

Cuando las solteronas y oficinistas corrían a la vida,
tuve que darle al verano
mis ojos vagabundos
mis cejas de encierro.


Empezaron a gustarme las cosas que le gustan a las personas tristes:


estar solo,
los espacios grandes,
mirar para adentro,
ponerme más triste,
viajar en micro,
mirar para abajo,
peligrar,

ymicadaverfructífero.

         Confieso que caminarle las venas, otra vez, seria satisfactorio, ella como una rodaja de melón muy bien cortada, re-recorrerla, entre las semillas, nadar su jugo sin azúcar,

acariciarle el motor.

“tu carita de ángel loco puede seguir mirándome dormir, yo voy a seguir durmiendo hasta que me despiertes,
hasta que me tires el jugo de las naranjas en la mano”

Pero bueno,
basta,
tendría que dejarla ir,
linda y sin relax

Sacar los últimos restos suyos

poner en bolsas de nylon

elcadaverenflor,

expulsarla de las barreras de mi sistema,

         tu cuerpo está hecho para mirar fumando cigarrillos, para caminar sin ropa,
ligera y felina
entre mis pilas de papel
y los ceniceros.
         Es fácil acordarse de vos, mucho más que animarse a salir al amor,
por eso me torturo
                   manoseándome la memoria.
         Siempre digo chau sin querer decir chau, esperando que me agarres de la manga del piloto
cuando giro para el supuesto goodbye, huir sin irme,
mi maniobra”



El cadáver me levanta, me despierta, me susurra,
como una esquizofrenia incipiente, que no es enfermedad, sino amiga, como un pitufo que toma Johnny Walker en mis orejas.

Un pitufo estéreo que me transporta a bosques alineados,

el árbol está quieto,
adentro,
árbol adentro,
el cadáver habla,

vuelvo al mundosiempre,
estaba mirando por una ventana.

Yo no tendría que haberla querido, no tendría que haber aceptado su simulación de amor.

Le gustaba hablar de campiñas, fiestas de té, conejos; usaba palabras raras, viejas.
Yo no tendría que haberla querido

quiero los productos nuevos de tu cuerpo, andar sin ropa y el pelo revuelto, desmayarnos de risa y de día, recargar los vasos, llevarnos el alma al ojo, darnos de comer palabras en la boca”


         Yo creo justificadas las confusiones,
ella me había paseado por toda su espalda.

Tibia y sin frenos,
me paseo por su risa y el dolor
su capacidad de mirar fijamente.
Pagué recorrido turístico por su materiaespiritu, el marketing de su profundidad, la parla para comprar su producto de inviernos, su aglomeración de tactos, la tristeza subcutánea.
   

         Suelo pensar, cuando el cadáver esta desenchufado, que la llave de mis ojos perdidos están en saber lo diversa que no fue,

         en haber sabido que yo era amor y usarme como una tela donde pasaba las diapositivas con la cara de su amor viejo, que no la amo, que pasó las diapositivas de su amor viejo.


Yo quería encontrar un árbol bajo el que enloquecer tranquilo, mi árbol de vinos,


Y me dieron círculos.

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